El Secretariado Social Mexicano (SSM) fue fundado por los obispos mexicanos el 8 de septiembre de 1923, como instrumento para promover la acción social cristiana en México, bajo la inspiración de la Rerum novarum (1891) que buscó que la Iglesia católica entrara de lleno a la cuestión social obrera frente a los procesos crecientes de industrialización y tecnificación. A la par, el Secretariado nace en medio de un país devastado por la guerra revolucionaria recién llegada a su término y que imponía la necesidad de la reconstrucción social. En sus 100 años de existencia, el SSM ha configurado proyectos en pro de la construcción de sujetos sólidamente comprometidos con su realidad social, económica y política. Produjo y acompañó a innumerables organizaciones religiosas, sociales, populares y campesinas, creando incontables secretariados sociales diocesanos mediante los cuales capacitó, asesoró, organizó, educó e impulsó siempre a dichas organizaciones con miras a promover el desarrollo social en contextos de cambios acelerados, el principal entre ellos, el crecimiento de la pobreza y la desigualdad.
Fue actor clave en la recepción del Concilio Vaticano II en México y desde 1973, ya sin ser órgano oficial del episcopado mexicano, respondió con energía y profetismo a los complejos procesos de transformación social y política que se gestaron en la segunda mitad del siglo XX y en la que se acentuó un modelo económico de corte capitalista neoliberal devastador; por lo que se consolidó como un organismo de inspiración cristiana de asesoría y apoyo a proyectos y programas sociales con mayor carácter popular y de cambio social liberador.
Identidad y misión
En las actuales condiciones sociales y políticas marcadas por la incertidumbre y la precariedad global, ante la necesidad de fortalecer una voz y presencia cristiana críticas en lo social y lo político, el SSM busca revitalizar su acción hacia una mayor articulación de esfuerzos en torno a tres tareas fundamentales: la incidencia, la formación y el acompañamiento; desarrolladas desde las perspectivas de derechos humanos, equidad social y economía solidaria.
Su identidad es la de una institución social de inspiración cristiana dedicada a la investigación y la promoción de una acción social al servicio de los pueblos para la necesaria solución de las problemáticas sociales y la creación de un pueblo más fuerte y responsable, autónomo, organizado en torno a la construcción de la justicia social en México.
Su misión se configura a partir de cuatro horizontes de transformación, que apuntan a la reconstrucción del sujeto social en un momento histórico de destrucción del tejido popular y comunitario, de atomización de las fuerzas sociales, de debilitamiento de la esperanza y solidaridad:
- el horizonte democrático de construcción de ciudadanía y defensa de los derechos humanos,
- el horizonte ecológico de un desarrollo sustentable,
- el horizonte de una economía solidaria,
todos ellos empapados por el horizonte teológico-ecuménico, consistente una fe liberadora que anime nuestro ser y quehacer por una vida digna e integral para nuestros pueblos.
NUESTRAS EJES ARTICULADORES
Teniendo en cuenta este caminar de un siglo desde una inspiración cristiana radicada en el evangelio, y teniendo nuestro lugar de acción social en las y los pobres, lo ciudadano y lo colectivo, podemos entender nuestro caminar actual desde los siguientes ejes articuladores:
- El acompañamiento a las organizaciones, movimientos, proyectos, sujetos que hoy construyen otro mundo posible para potenciarlas, incluso desde el apoyo físico material.
- La articulación y vinculación frente a las problemáticas centrales del contexto, con los movimientos sociales y con la iglesia desde la base, considerando ese resquicio eclesial de orfandad que no tiene propuesta, al que hay que responder desde la espiritualidad liberadora y no desde la estructura pastoral.
- La comunicación que permita potenciar esas voces y la de sujetos vulnerados, para ser una voz profética en medio de la crisis global.
- La formación de la conciencia social de las bases populares y eclesiales, brindado herramientas teóricas y estratégicas que sean raíz de las transformaciones profundas que se requieren hoy.
- La investigación y la recuperación de la memoria histórica para diseñar herramientas pedagógicas que nos permitan tender puentes con las nuevas generaciones y los sujetos emergentes protagonistas de la transformación y la construcción de la justicia social.
SUJETOS INTERLOCUTOR@S DE NUESTRA ACTUACIÓN
- Multitudes empobrecidas que sobreviven en la precariedad por causa de nuevas y añejas formas de explotación laboral, subempleo y desempleo, y que afectan con más dureza a mujeres y jóvenes.
- Cientos de miles de personas migrantes que ante la violencia y el despojo se ven forzadas a huir de su tierra y de su gente, atravesar desiertos y mares de inseguridad y muerte, sólo para ver desbaratados sus sueños de prosperidad en la inexistente “Tierra de la Libertad”.
- Incontables víctimas de muerte y desaparición forzada por la inseguridad y violencia criminal imperantes, en medio de la cual a pesar de todo son buscadas en montes, selvas y desiertos por sus seres queridos.
- Mujeres, hombres y pueblos enteros defensores de la Madre Tierra que viven permanentemente amenazados, despojados, criminalizados y asesinados por las garras cómplices y voraces del capital que lo mismo tiene rostro de crimen organizado, empresa extractiva o estado.
- Una generación entera en fase terminal, enferma física y espiritualmente, despojada del cuidado y la salud integrales y arrojada sin piedad a la sociedad del consumo y el aislamiento egoísta.
- Una Tierra que no aguanta más las lógicas insaciables de explotación y devastación del capitalismo neoliberal y que pide a la humanidad entera ¡Alto ya!