Carta abierta de denuncia

sobre la expropiación de la sede y el legado del Secretariado Social Mexicano

Ciudad de México, 10 de diciembre de 2024
A 56 años de la pascua del P. Pedro Velázquez Hernández
En el Día Internacional de los Derechos Humanos

Tras un largo discernimiento colectivo, hoy denunciamos abiertamente la expropiación del patrimonio material del Secretariado Social Mexicano (SSM), por un grupo de personas a quienes se les confirió la responsabilidad de administrarlo y, en su lugar, no sólo han faltado a los principios éticos fundamentales en dicha misión, sino que intentan suplantar el legado histórico del SSM y subsumirlo en un modelo institucional contrario al espíritu de solidaridad y justicia que ha caracterizado a un proyecto que es fruto y patrimonio común de muchas manos y corazones a lo largo de más de un siglo de existencia.

En 1973, cuando el Secretariado se separó de la jerarquía católica, sus miembros constituyeron dos asociaciones civiles: el Secretariado Social Mexicano, A.C. (SSM), conocido por todas y todos; y el Secretariado de Acción Social, A.C. (SAS), hasta ahora desconocido por la mayoría, porque el único fin para el que fue creado fue el de gestionar el patrimonio material del SSM (y en especial la administración de su sede histórica en la calle de Roma 1, Col. Juárez) y así liberar al proyecto de las tareas administrativas, económicas y fiscales que no le permitían enfocarse en la misión social por la justicia. Mediante esta correlación originaria: un Secretariado de Acción Social al servicio administrativo del Secretariado Social Mexicano, se buscaba salvaguardar tanto el patrimonio como la misión.

Desafortunadamente, en la penúltima renovación de la asamblea del SAS (2020), tres de sus miembros (Raúl Martínez Arreortúa, Sara Luz Morales Méndez y Beatriz Ortiz Bárcenas), abusando de la autoridad que les fue conferida como presidente, secretaria y tesorera de la mesa directiva, y guiados por intereses personales de poder económico, político y eclesiástico, traicionaron el encargo y decidieron ejercer su gestión de forma discrecional, opaca e irresponsable, trasgrediendo los límites éticos inherentes a un proyecto como el del Secretariado, usurpando públicamente su representatividad y construyendo una institucionalidad paralela con miras a invertir la correlación histórica entre ambas asociaciones civiles.

Buscando siempre el bien del Secretariado e inspirados por el espíritu evangélico de comunidad (Mt 18,15-17), durante más de tres años agotamos como SSM todas las posibilidades de un diálogo resolutivo y ético, anteponiendo a cualquier interés particular, la disposición, el respeto y la tolerancia, contando incluso con la mediación de reconocidos liderazgos, entre los que se cuentan a don Raúl Vera, obispo emérito de Saltillo, Manuel Canto, Dolores González y Miguel Álvarez Gándara. A cambio, recibimos de los citados 3 miembros del consejo del SAS dureza de corazón, maltrato, amenazas, insultos, denostación, despojo de la sede física del Secretariado, asumiendo un control total, exclusivo y excluyente del edificio de Roma 1; para finalmente expulsarnos de la asamblea del SAS (el 13 de junio de 2024), con el consentimiento desafortunado del resto de los asociados y asociadas, corresponsables de estos hechos. De un solo golpe, se nos despojó arbitrariamente de nuestra calidad de asociados del SAS a los sacerdotes Baltazar López Bucio, Ángel Sánchez Campos y Luis Eduardo Villarreal Ríos (actual presidente del Secretariado Social Mexicano); a Cirilo Ortiz Sánchez, líder histórico del Frente Auténtico del Trabajo (FAT) y de la Juventud Obrera Católica (JOC); a Soila Luna Pineda (coordinadora de la Fundación Don Sergio Méndez Arceo) y José Guadalupe Sánchez Suárez (secretario ejecutivo del SSM).

Al final de este doloroso camino, no solo estamos imposibilitados de acceder a las oficinas del Secretariado Social Mexicano, sino también se nos ha despojado del patrimonio histórico, archivos y fotografías del SSM, así como la documentación y biblioteca del Fondo Memorial Menllacar, que también tenía su sede en el 4º Piso de Roma 1; colocándonos en una encrucijada en la que un espíritu totalmente ajeno se apoderó de nuestra casa y pretende secuestrar también el nombre y legado del Secretariado, para imponer en su lugar un proyecto excluyente, de corte asistencial neoliberal, que persigue intereses particulares de poder. 

A pesar de estas circunstancias, nuestro compromiso por el Secretariado Social Mexicano se mantiene firme. Creemos que su espíritu y legado eclesial y social-político son capaces de remontar toda dificultad, para responder a los clamores que nos interpelan en el presente. Por eso denunciamos hoy estos hechos para que, más allá de la imposibilidad legal de recuperar el patrimonio material, sumemos fuerzas como organizaciones y personas aliadas que han caminado junto al SSM por tantos años para, en solidaridad profética, evitar que sea consumada la expropiación del legado del Secretariado Social Mexicano.

Firman:
Pbro. Luis Eduardo Villarreal Ríos (Presidente del SSM),
José Guadalupe Sánchez Suárez, Soila Luna Pineda, Pbro. Ángel Sánchez Campos, Cirilo Ortiz Sánchez, Graciela Muñoz Domínguez, Maricarmen Montes Castillo